lunes, 9 de diciembre de 2013

El Catecismo de Trento para los párrocos

vaticanocatolico.comHno. Pedro Dimond
Presentamos la traducción del video por el Hno. Pedro Dimond que se titula - ‘Bautismo de deseo’: los Concilios de Trento y de Florencia.
Para esta versión en escrito del video inglés, vamos a publicarlo en diferentes entradas para que así sea más fácil su lectura y no sea tan pesado el escrito. Después, si Dios quiere y vivimos, publicaremos el video en español.
Discutiremos en extenso el Catecismo Romano que también se conoce como Catecismo del Concilio de Trento. Las citas en esta versión castellana del video fueron tomadas del libro CATECISMO DEL SANTO CONCILIO DE TRENTO PARA LOS PÁRROCOS, traducción del P. Agustín Zorita, Valencia 1782 y la versión moderna del P. Pedro Martín Hernández, EL “CATECISMO ROMANO” DEL CONCILIO DE TRENTO, por Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), Madrid 1951. Si bien la traducción del P. Agustín es de un español antiguo – y por eso consultaremos de vez en cuando la edición BAC – es, sin embargo, más fiel al texto original del Catecismo. Después de cada cita mencionaré VALENCIA para la versión de 1782 y BAC para la versión de 1951. A continuación, la segunda parte del escrito “ Bautismo de Deseo ”: el Catecismo de Trento y el Concilio de Florencia que es la traducción del video el Hno. Pedro Dimond del Monasterio de la Sagrada Familia:
Pero hay otra distinción aún más importante en la refutación de esta objeción que ahora quiero discutir.
Si Ud. estudia el Catecismo del Concilio de Trento – y yo lo he leído todo – podrá darse cuenta que la manera de cómo está escrito, sólo hay ciertos puntos doctrinales que el mismo Catecismo dice y destaca y especifica como siendo puntos doctrinales que pueden, o deben, o deberían ser comunicados a todos los fieles.
Permítanme repetir eso.
Sólo hay ciertos puntos doctrinales que el mismo Catecismo dice y destaca y especifica como siendo puntos doctrinales que pueden, o deben, o deberían ser comunicados a todos los fieles.
Aquí hay unos pocos ejemplos que demuestran que no todo en el Catecismo del Concilio de Trento fue parte del cuerpo de la doctrina que se puede, debe o debería comunicarse a todos los fieles.

Catecismo de Trento, No tomarás en vano el nombre de Dios, p. 247: “Esto ciertamente debe ser para el Párroco la mayor prueba de que no es suficiente hablar en común sobre este asunto...”. (VALENCIA)

Este lenguaje no tendría sentido si todo en el Catecismo estuviera automáticamente destinado para los fieles. No, el Catecismo explica que hay ciertas cosas que deben ser dichas; hay cosas que no pueden ser pasados ​​por alto.
Aquí en otra parte:

Catecismo de Trento, De la comunión de los santos, p. 72: “Primeramente pues se ha de enseñar a los fieles que este artículo...”. (VALENCIA)

De nuevo, ese lenguaje no tendría sentido si todo en el Catecismo debía ser necesariamente trasmitido a los fieles. Hay ciertas cosas que se señalan para comunicárselas a los fieles.
Aquí tenemos otro ejemplo:
El Catecismo de Trento para los párrocos

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